A MANERA DE PRESENTACIÓN
Había escrito piezas
infantiles, programado montajes, colaborado con autores, actualizando y
adaptando cada vez más las comedias que íbamos representando... Hasta que por
fin, me he lanzado a escribir éste mi primer texto teatral para adultos
En mis experiencias
teatrales siempre ha estado presente el viejo banco de las
improvisaciones alrededor del cual aprendí mucho y fue testigo de mis primeras
actuaciones. Lo convertí en ejercicio obligado de mi pedagogía teatral y hasta
protagonista de muchos de mis montajes . ¡ No podía por menos de empezar con él
mi aventura como autor !
Dándole
vueltas a la palabra banco, me topé con la riqueza de su semántica y enseguida
me surgieron situaciones con las que contar realidades de la vida teniéndolo
como protagonista . Había que plasmarlas en diálogos y construir éstos con
palabras . Escogí el lenguaje popular y el tono de comedia crítica que ya es un
clásico en mis realizaciones . Los personajes, sobrarían sus nombres, serían
los propios usuarios de un típico banco del que son , marionetas que se mueven
alrededor de sus tablas. Como siempre mi afán era el didáctico por encima de
preferencias y políticas de turno. He intenté hacer aflorar sentimientos, la
sencillez de unas vidas que bien podrían ser reflejos de muchos de nosotros .
La fina ironía y la crítica no dejarían a nadie a salvo buscando la gracieta
como el mejor de los remedios. Y lo convertí en un retrato social que pongo
delante del espectador para que libremente nos dé su veredicto Dios mediante
Y la tormenta de ideas pasó a ser esta pieza breve que vengo a
presentarles. Queda estructurada en la suma de una serie de escenas cortas . La
mayoría con sólo dos personajes con papeles nada largos , muy de la calle y
fácilmente adaptables . (...)
La vieja adivinanza que nos descubre la infancia que dejamos y a
la que quisiéramos, cómo no, volver, Antes era el niño, después el padre y
ahora el banco que por mucho que se rompa, destruya , se oxide , ensucie...
siempre estuvo, está y estará ahí. ¡Y en tantos lugares! En ese parque, calle,
plaza, estación, negocios... Mientras haya humanos , habrán unas manos que con
unas simples piedras haga un asiento donde poder hacer un alto y soñar ,
esperando a otro y volver a empezar.
FRANCISCO TORRALBA
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